Los bosques son ecosistemas únicos y uno de los grandes aliados en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad que sufre nuestro planeta. Son los grandes reservorios de dióxido de carbono del mundo y el refugio de infinidad de especies.
También han sido arquitectos de nuestra humanidad. Desde tiempos prehistóricos, los bosques son lugares sagrados, de culto, cunas de historias, leyendas y culturas, lugares inhóspitos y salvajes. Han sido nuestra casa, nuestro refugio y un almacén de alimentos y de curas milenarias.
Existen muchos tipos de bosque; los grandes bosques boreales o taiga, en las latitudes norte, los bosques tropicales húmedos o ecuatoriales, en el seno del ecuador, el bosque mediterráneo, las selvas templadas y un largo etcétera. Cada uno con sus peculiaridades, su bioma, sus especies y su clima.
El bosque tropical seco es uno de los más desconocidos y, a la vez, uno de los más diversos del mundo. También uno de los más amenazados debido a que están en una buena geolocalización para los pastoreos intensivos. El Gran Chaco es uno de ellos, en el centro de Sudamérica.
El Gran Chaco
El Gran Chaco es una región geográfica que se extiende desde el norte de Argentina (63% del Chaco), hasta el sur de Bolivia (11%), abarcando el noroeste de Paraguay (25%) y una pequeña parte de Brasil (1%). Lo atraviesan tres grandes ríos, el Bermejo, el Pilcomayo y el Paraguay, limita con los Andes por la parte occidental y con los dos mayores humedales del continente, el Pantanal por el norte y los Estéreos del Iberá por el sur.
Yaguareté, animal de unión y conexión
Yaguareté, jaguar, panthera onca, tigre…un sinfín de nombres para el depredador tope del continente suramericano. Su distribución abarca desde el sur de Arizona (EEUU), con un ejemplar errático -denominado “El Jefe”-, hasta el norte de Argentina, con poblaciones pequeñas y aisladas. Hasta no hace muchos años, este gran felino tenía un hábitat continuo en toda su área de distribución, habitando humedales, bosques montanos, selvas ecuatoriales y bosques secos.
Sin embargo, debido a la persecución por conflictos con ganaderos, por la caza furtiva y, sobre todo, por la deforestación y la pérdida de su hábitat, el jaguar está cada día más amenazado.
En el Gran Chaco el jaguar se encuentra en peligro crítico de extinción. La gran extensión de la zona y la dificultad de un monitoreo eficaz, no se sabe a ciencia cierta cuantos individuos hay. En el nuevo Parque Nacional El Impenetrable, en el norte de Argentina -zona sur del Gran Chaco-, los expertos encontraron y filmaron un ejemplar macho adulto (en el 2019), dando esperanza a la conservación y su recuperación.
El yaguareté (como se suele denominar el felino en el cono sur de Sudamérica) es el depredador tope de la cadena alimentaria de la región, lo que le otorga un rol ecológico muy importante para el buen funcionamiento de los ecosistemas. Controla las poblaciones de ungulados silvestres y evita un crecimiento excesivo de los mesocarnívoros (pequeños carnívoros), como los zorros o los caimanes. Este gran felino, además, es un símbolo de unión, fuerza y esperanza para muchas etnias del continente. Tiene un componente místico, es el guardián de la selva. En el Gran Chaco se ha convertido en el símbolo de la lucha para la protección del segundo bosque más grande de Sudamérica.
Etnias y la importancia de las mujeres
En el Gran Chaco existen diez troncos lingüísticos repartidos por los cuatro países (Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil), y unas cuarenta etnias diferentes. Muchas de ellas están marginadas socialmente y otras tantas peligra su existencia debido a la deforestación y la pérdida de su hábitat y cultura. Entre la zona noroccidental de Paraguay y el sur de Bolivia, se encuentran los Ayoreros, la última etnia no contactada fuera de la cuenca amazónica.
En muchas de estas comunidades, los hombres se han visto obligados a ir a las ciudades o zonas industriales en busca de trabajo, pasando muchos meses fuera o marchándose para siempre. Es por eso que las mujeres son el reservorio de estas culturas gravemente amenazadas, las que luchan para que esos conocimientos no desaparezcan y las que quieren tener una voz marchante en la conservación del bosque chaqueño, su lugar.
El Impenetrable: un grito para la conservación
En el 2014 se creó el Parque Nacional El Impenetrable, en el Chaco argentino, gracias a los esfuerzos de la fundación Conservation Land Trust, quien cedió las tierras al gobierno. El objetivo del parque es proteger -aunque sea una pequeña parte de la fracción de la selva- parte del bosque chaqueño y restaurar su diezmada biodiversidad.
Además, para lograr un futuro más prometedor y evitar los errores del pasado, la administración del parque, junto con el gobierno provincial, la fundación CLT y la Fundación Rewilding Argentina y entidades locales, han empezado a labrar un cambio de modelo hacia un turismo responsable con el medio ambiente, proporcionando herramientas económicas efectivas y una educación social y ambiental a las comunidades locales.
La Fundación Rewilding Argentina https://rewildingargentina.org/ está llevado a cabo uno de los proyectos de rewilding más importantes del mundo. El rewilding es un concepto ecológico anglosajón que significa, literalmente, “reasalvajar” una zona o un territorio, devolviendo – reintroduciendo o translocando- las especies que se habían extinguido por causas antrópicas. De esta manera se consigue restablecer funcionalidades ecosistémicas esenciales, como la dispersión de las semillas (realizada, por ejemplo, por el tapir o la tortuga yabotí) o el control de otras especies y sus enfermedades (llevado a cabo por los carnívoros, como el yaguareté o la nutria gigante).
Autor imágenes: Matías Rebak | Autor del texto e imágenes interactivas: Marià Serrat | Autoría del mapa: Fundación Rewilding Argentina